Soy Paola Cabistany. Guía de Barrancos y Escalada y componente del Equipo Nacional de Alpinismo de la FEDME. En 2008 tras finalizar los Estudios superiores de Diseño en Zaragoza, mi ciudad de origen e impulsada por el sentimiento que me transmitieron desde la infancia “compartir el amor que se siente por las montañas», me trasladé al Valle de Benasque. Allí comenzó una nueva etapa en mi vida, crecimiento deportivo y profesional iban unidos de la mano. Mi objetivo: ser guía de barrancos, modalidad que había descubierto poco tiempo atrás. En aquel mismo valle se encuentra la Escuela de Montaña de Benasque, donde alcancé mi objetivo titulándome como TD de Barrancos. Aquella estancia me introdujo en otros deportes como la escalada, esquí, alpinismo… y pocos años después me formé como TD de Escalada .
Desde entonces desarrollo mi labor profesional como guía a nivel nacional e internacional, es apasionante, ser guía de montaña es un sentimiento que nace de dentro, mostrar ese rincón que un día te hizo vibrar y revivir aquel momento reflejado en la mirada de aquellos que te acompañan, descubrir otros tantos en su compañía y lo mejor de todo, estar ahí cuando ellos te necesitan.
Y como formadora, enseñar es no dejar de aprender, y tengo la oportunidad de hacerlo en diversas escuelas oficiales de técnicos deportivos de montaña , también con el equipo docente del Instituto de Medicina de montaña y deporte y en el Centro de Formación e Investigación de Montaña y Escalada, dejando siempre espacio para realizar cursos particulares.
Como deportista la montaña despertó en mí un sentimiento difícil de describir y mucho de mi tiempo libre lo dedico a realizar actividad en ella.
Desde 2018 soy miembro del Equipo Nacional de Alpinismo, experiencia que me ayuda a ampliar mi desarrollo como alpinista y realizar actividades de alto rendimiento, no solo en Europa, sino a nivel mundial, aunque sin duda lo mejor de este equipo son mis compañeras y los momentos vividos.
Actualmente vivo en un pequeño pueblo del Valle de Tena, Panticosa, posiblemente uno de los mejores “terrenos de juego” del pirineo Aragonés, donde poder seguir disfrutando de esta forma de vida.