La combinación perfecta: ski de travesía y vuelo en parapente
12 abril, 2022
Después de un par de semanas de anticiclón instalado en los Alpes y con previsiones de que continuaría en los próximos días, nos llegó un mensaje de texto a Marcel y a mí. Era de nuestro amigo Georg; proponiendo hacer una travesía con los esquís de montaña y el parapente. La intención eran desplazarnos con el parapente si las condiciones de vuelo lo permitían. ¡Esto pinta bien! Nos vamos al macizo del Oberland en los Alpes suizos. Marcel y yo, ante tal propuesta, no pudimos rechazarlo y sabiendo que ninguno de los tres lo había hecho antes, dio más pie a unirnos en esta bella aventura.
Día 1
Tomamos la telecabina un poco tarde en la mañana desde Grindelwald 950m a Eigergletscher. De allí, el tren que nos dejaría en jungfaujoch a 3463m. Desde este punto salimos con los esquís de travesía hacia Monchjoch a 3658m. Un largo descenso nos esperaba por el glaciar Ewigschneeald aunque bastante plano, llegando aproximadamente a la cota de 3200m. El sol y el calor nos abrazaba en ese día de principio de primavera. Comenzamos la ascensión a un ritmo tranquilo ya que entre el calor que hacía, que no corría una gota de aire y la mochila que pesada con todo el material de montaña (más nuestro parapente y silla para volar), se nos hizo un poco largo y sentíamos que estábamos en un gran desierto blanco de nieve y roca. A pesar de ello, estábamos motivados por las condiciones perfectas para conseguir despegar y poder aterrizar donde habíamos planeado.
Contentos de haber llegado a col de Fieschersattel a 3923 m, no nos dio tiempo de ascender al Grosses-Fiescherhorn a 4049m. Así que nos dispusimos a organizar todo para despegar desde el gran plato glaciar que tiene en sus faldas este pico de 4000m.
Llegó la hora de despegar; de volar y de aterrizar a lo desconocido. Las condiciones de vuelo eran estupendas. Una leve brisa de viento, un gran cielo azul y una buena sensación de que todo va a salir bien. El primero en salir fue Georg. Al momento de abrir su parapente y deslizarse al vacío, ya no hubo vuelta atrás. El segundo en despegar fue Marcel, y por ultimo salí yo. Estás solo ante tal momento y tomas la decisión… te invade una sensación inigualable cuando sientes que te estas transportando en el aire, volando sobre afilados picos y enormes glaciares; la inmensidad del entorno te arropa. Estábamos los tres volando en dirección al col de Finsteraarjoch 3283m donde habíamos planeado aterrizar. Tuvimos un buen aterrizaje en el glaciar 100 m de desnivel más abajo del collado, con nieve polvo, el glaciar con poca pendiente y sin grietas a la vista. Empacamos el parapente y colocamos las pieles de foca para subir al collado. Es en esos momentos de silencio y emoción que te das cuenta de lo afortunado que eres y que se te ha abierto un abanico de posibilidades para realizar nuevos proyectos en montaña.
Nuestra intención era despegar del collado de Finisteraarjoch, pero el viento había cambiado de dirección y nos daba por detrás. Así que decidimos descender con los esquís por el glaciar Finsteraargletcher, al pie de la cara norte de Finsteraarhorn 4274m (impresionante lo grande que es esta cara sombría). Teníamos buena nieve al esquiar y no encontramos huellas de otros esquiadores durante esos 500m de descenso. Ya en el cruce con el Strahlgg-gletscher sólo nos quedaba llegar a nuestro refugio Aarbiwak 2731m; donde llegamos al caer las últimas luces de una excelente jornada en montaña. Para nuestra sorpresa estábamos solos en el refugio Vivac. Teníamos luz y gas; al estilo Suizo (¡que no falte de nada!) Todo bueno, limpio y abundante. Y aunque no esté el guarda, hay que pagar siempre . Bueno, creo que vamos a dormir bien después de una intensa jornada de nuevas emociones.
Día 2
Nos levantamos temprano. Preparar un suculento desayuno y salir en la oscuridad de la noche; es de las cosas que más me gustan de vivir en la montaña. Sabes que la recompensa la tendrás cuando de las sombras se haga la luz y anuncie un nuevo día.
Deslizando por las pendientes heladas del glaciar Strahlgg-gletscher, íbamos ascendiendo lentamente hacia nuestro objetivo del día, Lauteraarhorn 4042m. Esta vez dejamos nuestro parapente en el refugio ya que nuestro plan era realizar la ascensión y bajar por su cara E, con sus casi mil metros para esquiar en sus pendientes empinadas.
La nieve estaba bastante dura a pesar de que teníamos cuchillas en nuestros esquís. No mordían lo suficiente y decidimos cambiarnos: poner crampones, sacar piolet y portear esquís en la mochila. Las condiciones eran perfectas para escalar este alejado y codiciado pico de 4000m, así que aún sin que nos diera el sol, continuamos avanzando. Cuando las primeros rayos de sol cayeron sobre la cara este, aún faltaba la mitad de nuestra ascensión. Fuimos progresando fluidamente en el resto de la ascensión, escalando con una temperatura perfecta y condiciones ideales para bajar por esta vertiginosa gran pala de nieve.
Ya llegados a este punto (col 3882m) dejamos los esquís, nos colocamos crampones para seguir a cumbre por una corta arista rocosa y volver a calzarnos los esquís. Esperamos un rato aprovechando para comer e hidratarnos, disfrutar de nuestro entorno y prepararnos al 100% para el descenso. La temperatura era perfecta, apenas una pequeña brisa de aire que nos daba. Una paz y un privilegio de estar sumergidos en esas hermosas montañas.
Siempre los primeros giros de cara a la pendiente son difíciles y decisivos, así que a por ello fuimos. Desde el primer momento todo fluyó y los tres hicimos uno de los mejores descensos de nuestra vida, en buenas condiciones de nieve en donde siempre mordían bien los esquís y había una excelente nieve de primavera. ¡Una maravilla!
Estando los tres en el glaciar reunidos, felices y tranquilos por haber conseguido este descenso, nos quedaba solo disfrutar un poco más por el glaciar. Luego subir a nuestro refugio para descansar y secar todo el material. El resto del día lo dedicamos a comer, hidratar, descansar y disfrutar de nuestro palacio.
Día 3
Muy temprano en la noche salimos del refugio Aarbiwak 2731m. Un breve descenso nos llevó a cota 2400m, cruce entre el Finsteraargletscher y Lauteraargletscher. Esto lo hicimos rápido ya que la nieve estaba dura. Nos esperaba una larga travesía por el lauteraargletscher hasta el col 3124m. Tomó su tiempo; los primeros rayos del día nos dieron una hora antes de llegar a dicho collado. Desde allí tuvimos que hacer un pequeño descenso por el Obere Grindelwaldgletscher y volver a poner pieles, nos esperaba una ascensión larga, no muy empinada, hasta el Rosenhorn 3689m.
Unos metros antes de llegar a cumbre, organizamos cada uno nuestro parapente para despegar. Tuvimos que esperar unos minutos a que la buena dirección del viento se instalara y cuando fue el momento, yo fui el primero en despegar. ¡Todo salió perfecto! Deslizamiento con los esquís, la vela esta encima de tu cabeza, en un abrir y cerrar de ojos estaba en el aire. Giré a la izquierda en dirección al Watterhorn 3702m; este vuelo fue increíble. Fue con unas condiciones muy tranquilas y realizando un hermoso recorrido, pasando por las picos y paredes que están alrededor de Grindelwald 950m y teniendo ante nuestros pies el Eiger y su enorme cara norte. Fui perdiendo altura poco a poco, no quería que se terminara este viaje. Hasta que tocó aterrizar en la pista de esquí de fondo que está al lado del parking donde habíamos dejado el coche tres días antes de comenzar nuestra aventura.
Marcel y Georg hicieron lo mismo que yo y aterrizaron en el mismo lugar. ¡Misión cumplida! Todos estamos bien, con una nueva y grandiosa experiencia para los tres y siendo más amigos. ¡De eso se trata el salir a la montaña!
Agradecimiento a mis amigos Marcel y Georg por tan especial aventura y a +8000 por equiparme con excelente vestimenta de montaña.
Autores de las fotos: Marcel Garrel, Georg Hödle y Sergio García Gómez.